domingo, 29 de marzo de 2015

https://blog.somenergia.coop/tarifas-electricidad-y-sector-electrico/2015/01/cambio-de-precios-a-partir-del-1-de-febrero/

Proyecto de investigación de hidrocarburos PENÉLOPE

La Plataforma Andalucía Libre de Fracking os invita a solicitar a la Dirección General de Industria, Energía y Minas información sobre el proyecto de investigación de hidrocarburos PENÉLOPE, que sistemáticamente nos niega.
Los modelos los podéis descargar en nuestro blog.

miércoles, 4 de marzo de 2015

¿QUIÉN PIENSA EN LA ENERGÍA?




                Alguien podría decir que con la que está cayendo, hay que ser muy “friki” para preocuparse por la energía. Es un tema que se nos vende como muy técnico, que no está al alcance de ser comprendido por la población, carente de interés. A lo sumo, y tras abordarlo Jordi Évole en su programa Salvados, se empieza  a dudar de que el precio de la electricidad haya subido, como publicitan las compañías eléctricas del oligopólio, por culpa de las energías renovables (ER) o que el petróleo haya bajado más de un 40% (no así las gasolinas) por la bondad de las grandes petroleras. 

                La actual crisis financiera,  con un elevado grado de artificiosidad  en tanto que no es  el resultado de una carencia de recursos primarios ni de mano de obra ni riqueza nacional…sino resultado de maniobras especulativas con el dinero, que no es sino papel, plástico o últimamente órdenes por internet, está ocultándonos la  verdadera crisis  a la que se enfrenta la humanidad: La crisis energética.
                Si en la actual crisis, millones de familias se han empobrecido, nuestros gobiernos se han doblegado a los intereses financieros y se han rebajado, cuando no perdido, derechos que considerábamos parte de nuestro ADN. ¿Qué va a ocurrir cuando en 40 años se haya acabado el petróleo? ¿Qué va a ocurrir si sube la temperatura media de la Tierra  más de 2 grados  como vaticina el IPCC  (Panel intergubernamental sobre Cambio Climático) ? 

                Tenemos que preguntarnos y reflexionar acerca de  cómo vamos a hacer una transición tan rápida desde una sociedad industrializada y consumista en la que nuestro consumo de energía descansa en un 75% en combustibles fósiles a otra en la que no dispongamos de estos recursos. Según la IEA (Agencia Internacional de la Energía) en 70 años habremos agotado las reservas conocidas y previsibles de fósiles. 

                Tenemos que evitar que la temperatura de la Tierra suba en este siglo más de 2 ºC. No podríamos hacer frente a los cientos de millones de desplazados por la desertización de extensas zonas y por la inundación de las zonas costeras por la subida del nivel del mar, a las pérdidas de biodiversidad y al empobrecimiento de tierras agrícolas fértiles.
                Dando por sentado que existe un estrecho vínculo entre consumo de energía y desarrollo humano, podemos identificar tres hitos en la historia de la humanidad:
1º)  400.000 años en los que la humanidad usaba  únicamente su alimentación y el fuego como fuentes de energía. Consumíamos  unas 2.500 Kcal por habitante y día. Esta energía de supervivencia la obteníamos de la alimentación.
2º) 8000 años en los que incorporamos la fuerza animal (agricultura y transporte), el viento y el agua (molinos). El consumo energético se multiplicó por 4
 3º) 200 años desde que incorporamos las máquinas. Hoy  nuestros consumos  medios diarios por persona  se han multiplicado: en  España  44 veces; EEUU 110 veces;   China e India 8 veces.  La media mundial se ha multiplicado por 18 veces y se duplica cada 30 – 40 años.

 


                No hay energía disponible para que todos los habitantes de la  Tierra  consuman y contaminen como lo hace un español medio, y aunque dispusiésemos de ella, los efectos sobre el cambio climático serían catastróficos. Consumimos 2,9 Tep (Toneladas Equivalentes de Petróleo y emitimos 5 toneladas de CO2 al año, lo que supone que tu lector/a  consumes diariamente  unos 8 litros de petróleo y emites 14 kg de CO2 a la atmósfera diariamente.

                               Hasta ahora los progresos humanos y civilizatorios se han dado con incrementos en el consumo de energía. Nos enfrentamos,  a una situación que quiebra este principio.  Las próximas generaciones no dispondrán de tanta energía, es más,   aún no hemos desarrollado las fuentes de energía que  vamos a emplear.

 
                Aunque la ciencia avanza, que es una barbaridad, a nivel mundial no hay espacio para el optimismo. La tecnología nuclear de fusión, está lejos de ser una realidad y las energías renovables no está garantizado que sean  capaces de cubrir  el crecimiento previsible de la demanda  y el hueco que vayan dejando los combustibles fósiles. Para cubrir un descenso del 5%  anual en la producción de petróleo harían falta montar instalaciones renovables a un ritmo 100 veces el actual.
                Además de los  extraordinarios  problemas técnicos, industriales, financieros y de todo orden a los que nos enfrentamos en esta tesitura energética, existe el  problema político y social de gestión del decrecimiento energético. En nuestras sociedades consumistas el decrecimiento está asociado a la perdida de bienestar, al retroceso social. Tiene que haber un cambio de mentalidad que supere las visiones economicistas y cortoplacistas. El bienestar habrá de ser medido en términos intergeneracionales. Tendremos que recuperar el control sobre la energía y arrebatárselo a quienes lo han usurpado. De no ser así, nos plantearemos  el falso dilema  entre nucleares y decrecimiento y entonces  ¿Que opción elegiríamos?
                Hay una cierta esperanza, la participación de fuentes renovables de forma masiva en el suministro energético, podría facilitar la democratización del uso de la energía y la pérdida del control de esta por unas oligarquías que la han usado en su beneficio, provocando guerras por su control y miseria entre los que no podían pagarla.
                Si descendemos del nivel mundial a la situación energética de España y Andalucía, nos encontramos un panorama con luces y sombras. Las sombras son nuestra dependencia del exterior ( compramos fuera cerca del 80% de la energía que consumimos, lo que hace que cada año nos empobrezcamos en  aproximadamente 50.000 millones de €) y las  políticas seguidas por nuestros gobernantes, en especial este gobierno del PP que está combatiendo con saña a las energías renovables, dificultando que cumplamos  los moderados objetivos planteados desde la UE. en lo relativo a eficiencia energética, disminución de emisiones y uso de renovables.
                Las luces son nuestra riqueza en recursos renovables  (sol, viento y biomasa) y que disponemos de tecnología y empresas para su aprovechamiento. Ya son muchos los estudios y tesis doctorales que señalan que es posible, necesario y económicamente viable fijarnos el objetivo de tender hacia un suministro energético 100% renovable en el horizonte del año 2050. Si nuestros políticos se resisten, a liderar este inevitable tránsito, como ciudadanos tenemos que ir construyendo alternativas que lo faciliten. En todos los frentes, en el político, ni un voto a partidos que usan las puertas giratorias y están al servicio de las grandes empresas y no de la ciudadanía. En el personal, socializarnos en contra del consumismo, introducir en nuestras vidas comportamientos más respetuosos con nuestro entorno y favorecer con nuestro consumo diario las iniciativas sociales que nos desliguen de nuestras ataduras: consumo de productos locales y de temporada, apoyo a iniciativas de economía social y cooperativa…
En el consumo de electricidad disponemos de diferentes alternativas: contratar nuestro suministro con una comercializadora de carácter cooperativo y de energía renovable: Enercoop, Enerplus, Gesternova, Goiener, Somenergia, Zenzer…, sumarnos al autoconsumo con pequeñas instalaciones fotovoltaicas y si disponemos de ahorros disponibles, invertir en proyectos renovables de participación ciudadana. En todos los casos dejaremos de colaborar con quien se opone a nuestros intereses, ahorraremos  dinero y contaminación y contribuiremos a la construcción de ese otro mundo posible que deseamos.